Los dibujos que forman parte de esta serie condensan más de 40 años de trabajos en papel, madera y bastidores y oscilan entre la gráfica, el comic y la iconografía religiosa, desplegando un catálogo heteróclito de bestias, oficinistas, prostitutas, faunos y divinidades que cohabitan este espacio de pequeño formato.
"La figura humana fue un motivo de acompañamiento de toda mi obra desde los primeros momentos. Como boceto a pluma, las primeras, o después como personajes ya en pintura donde ejercitaba las distorsiones de figura y espacio. Al encierro de mis grandes guías Bacon y Giacometti, aportaba el conocimiento de nuestros grandes artistas como Seguí, Demirjián, Macció, o algunas etapas de Renzi, entre otros. En la actualidad en mis series avanzó hacia esos espacios y formas más cercanas al cubismo pero con un acentuado uso del comic y de la pincelada expresionista".
Alejandro Pérez Becerra